Quizá los inicios de este -recién nacido- blog se hayan centrado primordialmente en los remakes, reboots o reinvenciones de clásicos del cine de terror. Podría decirse que hay películas más interesantes de las que hablar -las hay, indudablemente-; pero los remakes son un buen inicio. Películas variadas, algunas nefastas y otras incluso divertidas, pero siempre con un punto que es digno de comentar. Pero, tranquilos, hablaremos de clásicos más adelante.
Por ahora, hemos discutido la calidad de remakes como "Poltergeist" o "Pesadilla en Elm Street", ambas completamente infames y mediocres. Por ello, es hora de que hablemos de una película que, aunque no es perfecta, consigue causar un gran temor e interés en todo aquel que la ve: "Posesión Infernal (Evil Dead)", el remake de la clásica "Posesión Infernal" de Sam Raimi.
Mucho se ha hablado sobre si esta película merece la pena, tanto como producto fílmico original, como en su función de remake. En ambos casos, la respuesta es sí. ¿Rotundo? No, en absoluto. Y es que "Evil Dead" tiene sus fallos, fallos notables. Pero también tiene muchos puntos a favor que, al menos a un servidor, le han hecho disfrutar de esta excesivamente violenta, sangrienta, bizarra y macabra película de terror. Entretenida y disfrutable como pocas, y una de las mejores películas de terror de los últimos años.
Quizá uno de los mayores puntos fuertes de "Evil Dead" sea que se toma en serio a sí misma, lo que hace que, en lugar de un remake de su versión original, parezca una película completamente nueva. Y es que, mientras que en el clásico de Raimi podíamos presenciar un exagerado humor, a veces desagradable -pero magistral, aun así-, en esta nueva versión el humor brilla por su ausencia. Durante todo el transcurso del film, "Evil Dead" supura seriedad, algo que conjuga perfectamente con el tono grotesco y agresivo del film. A muchos les ha parecido erróneo carecer del sentido del humor de la original. A mí, por otro lado, me ha parecido un punto a favor para poder interpretar esta "Evil Dead" como un lavado de cara a la original, haciéndola muy disfrutable.
Otro aspecto de gran importancia en esta revisión del film de Raimi es su omnipresente y angustiosa violencia. Todo el film es un transcurso de sangre, gritos, miembros amputados y una insoportable, pero necesaria, angustia e inquietud. Nunca sabes lo que va a pasar, lo cuál hace que en el momento en el que la acción sucede, consiga ser mucho más impactante.
El reparto de la cinta es de lo más común, lleno de caras no muy conocidas pero que cumplen con su trabajo, a pesar de que no interpretan a sus personajes de forma perfecta. Si hay que destacar una interpretación, esa es la de Jane Levy. La actriz consigue hacer una actuación impecable y, aunque no vaya a pasar a la historia como una de las mejores actuaciones de la historia del cine, Levy consigue que nos creamos -y mucho- a su personaje.
En el apartado visual, "Evil Dead" es, como ya hemos comentado, un apabullante festín de vísceras y sangre. Quizá lo mejor -o lo peor, depende de la sensibilidad de quien vea la película- es el realismo de lo que se ve durante el film. En ningún momento se nota en exceso que lo que vemos es falso; el realismo visual de la película consigue impresionar al espectador, e impactarle a partes iguales.
En definitiva, "Evil Dead" es una gran revisión de la película de Raimi. A pesar de que el remake y la original no son comparables -una, muy bizarra y con humor; la otra, muy oscura y seria-, esta versión del clásico hará las delicias de todo aquel que busque pasar miedo y empaparse de sangre y terror.
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